Saturday, May 9, 2009

dos huevos.

Leopoldo{polo},es un mejicano proveniente de oaxaca,estado del extremo sur de Mejico.trabajamos juntos,por lo cual,frecuentemente intercambiamos historias y
anecdotas de nuestros respectivos pueblos.Me sorprende que las mayorias de sus
historias tienen que ver con pistolas y mujeres.como la de la vez aquella que El,
apenas un mozalbete de quince años,recolector de naranjas,se "llevo",a caballo y
todo,a su primera mujer,la cual a escasos tres dias de "casados",llegando El tarde
una noche,le formo tremendo zaperoco,y hasta lo abofeteo,a lo que El,sin inmutar-
se respondio sacando su escuadra y balaceando los pies a la susodicha,la cual bailo
un tapatio,y mas nunca volvio a molestarlo,de hecho,a los pocos dias,se fue de vuelta
a su casa.

Segun Leopoldo,ninguna fiesta en su rancho puede terminar si no es a tiros,quiza
porque en Mejico,es muy comun que hasta niños de 14 años ya anden armados.
Pero en su rancho ninguno mas diestro que su tio a la hora de bregar con las armas.
Los niños del pueblo le traian huevos de gallinas para que el afamado pistolero los
lanzara al aire,bien arriba y pum!,tortilla española.El hombre era dueño de una es-
pactacular punteria,lo cual le hacia temido y respetado por todos.

Un dia de esos,en una fiesta de esas,se arma el reperpero.A uno lo balean en el pe-
cho,al otro lo apuñalan en el brazo,un hombre hiere a un familiar del famoso
tirador,luego le apunta a El,el francotirador saca su arma,apunta y...falla,aun cuando
estaba a escasos metros del rival.Luego de la refriega sus familiares le preguntaron
que como era posible que un hombre que desbarataba certeramente huevos en el aire
pudiera haber fallado un blanco tan facil,y El contesto con resignacion: "Es que no es lo
mismo pegarle a un huevo que a dos..."

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