Eran casi la media noche sentado en la cima de una montana
en rincon Puerto Rico.Al fin podia descansar un poco y no
sentia la presion ni el miedo de ser atrapado por la policia.
Llegue alli acompanado de Isaias mi primo los demas companeros
desaparecieron como arte de magia al desembarcar de aquella
inolvidable y peligrosa travesia,cada uno eligia su propio camino.
Nos encontrabamos finalmente cerca de una ganaderia ,despues de
dias deambulando por los montes con sed y hambrientos.Para mi
sorpresa a pesar de la hora estaban ordenando.
Todavia podia saborear en mis labios la sal que dejo el mar despues
de la travesia de sustos y miedos.
Al iniciar la aventura no sabia que en este viaje tan peligroso y arriesgado
tambien estaba mi vida en juego,tampoco sabia que marcaria mi vida para
siempre,de todo lo que paso en esa travesia se puede escribir un libro pero
ya sera parte de otra historia.
En medio de la oscuridad me encontraba sentado en el suelo pensando y
tratando de organizar mi mente despues de todo lo que habia pasado,a mis
oidos llega el sonido de pasos que se acercan a mi lentamente.Era un senor
alto y desconocido,pregunta si tengo hambre y cual es mi nombre,aquel senor
curioso que creo Dios puso en mi camino,pregunta como se llama mi papa.
Le respondo y le digo que mi papa se llama Aquilino Candelaria,no se porque
aquel desconocido me inspiraba confianza se alejo y al rato regresaba para mi
sorpresa con un plata de spaghetti con salchichon y ante de darmelo me dice
yo soy de La Colonia de Miches y sembraba mani, tu papa Don Aquilino me
prestaba dinero cuando el mani estaba en su flor, sin saber si la cosecha iba a ser
buena o mala y se marcho.
Dos dias despues llega la migra a los primeros que agarraron fue a mi primo y al
senor,tambien se llevaron a todos los demas trabajadores de la ganaderia que eran
dominicanos ilegales que habien llegado en diferentes viajes y que el destino lo habia
reunido al azar en aquel pequeno lugar.
Yo y un morenito de Villa Mella nos salvamos de la redada al correr como locos y
escondernos en la montana vecina.Han pasado los anos las circunstancias de la vida
no me permitieron nunca saber el nombre de aquella mano amiga que me dio de comer
cuando estaba hambriento,agradecido eternamente siempre vivira en mis recuerdos
asegurandole que han sido los mejores spaghetti que me he comida en mi vida
by: f.c
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